Detalle:
En 1633 el maestro de haçer
órganos Gabriel Cabezas es contratado por el
maestre escuela catedralicio Fernando de Salazar para hacer una copia del
pequeño órgano 'de un ala' de la Catedral de Cusco por la suma de 1300 pesos con destino a
la iglesia del pueblo de Coporaque.
Salazar se compromete a proveer
los materiales necesarios para la construcción del instrumento así como las
mulas para transportar el órgano hasta el pueblo; Cabezas se obliga a viajar
con el instrumento e instalarlo en dicha iglesia.
El organista de la Catedral, don
Tomás de Herrera, aparece en el contrato como garante del trabajo de Cabezas.
El instrumento, de tono de seis palmos, contaba con su "flauta de cara y octavas", mas dos fuelles de cuña con sus baquetas.
No sabemos si este órgano aún existe, pero en fotografías recientes se puede apreciar que en el coro alto, contra la pared del fondo, hay una caja de órgano aparentemente vacía.
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